jueves, 3 de diciembre de 2009

EL DESAFIO DE LA JUSTICIA FISCAL

La justicia fiscal es un complemento necesario para crear las condiciones de seguridad jurídica, creación de riqueza y empleo. La justicia fiscal es la necesidad de que contribuya más el que más tiene y haya suficiente para los servicios públicos que son necesarios en calidad y cobertura. El costo de tener gobierno, debe ser según el tamaño de la hamburguesa que cada quien se está comiendo. Sabido es que los recursos públicos tienen fines públicos, por tanto no se vale pretextar de antemano “el Estado se los va a robar” y encima exigir, un exorcismo moral en el sector público contra males que también hay en el sector privado. La corrupción se combate en cualquier campo, no sólo en el ajeno.
La justicia fiscal sigue siendo un gran desafío en Guatemala donde la carga tributaria no llega ni al 10% del Producto Interno Bruto (PIB), debiendo alcanzar por lo menos el 25%, del mismo. Las razones para lograrlo se basan en cuatro premisas:
a) Una razón de Estado, sus deberes y obligaciones. Lo cual requiere un liderazgo político de altura, estadista.
b) una ética social con respecto a la democracia, la democracia es geometría económica, no (solamente) aritmética política.
c) unas prioridades ordinarias de gobierno.
d) unas emergencias en casos de crisis de orden público o de tipo natural o económico (p. ej. en Colombia se aplica un impuesto del 3% a los capitales de más de un millón de dólares para financiar políticas de seguridad).
La discusión actual sobre la propuesta del Gobierno ha girado en torno a si se trata de un paquetazo, los más severos, para exagerar sus efectos; o si no es más que un parche, los más exigentes. Pero el tema no es sólo aumentar o disminuir impuestos, se trata de diseñar un sistema útil para los propósitos generales de la sociedad y de paso que cierre las goteras y las fugas ilegales.
Lo presentado por el Gobierno aparenta ser sobre todo una medida desesperada, orientada más a cubrir gastos que inversión, más ahora que la brecha fiscal se aumentará con la no aprobación del presupuesto del 2010. Pese a ello, pienso que la modernización fiscal es necesaria y cualquier medida en esa dirección ayuda. Por ejemplo, los datos indican que en Guatemala hay casi 16 millones de teléfonos móviles, surtidos por un mercado oligopólico pero dinámico y competitivo entre sí. Pero se sabe que estas empresas no reportan al fisco lo que sus cuentas de ingresos registran: al fisco lo aritmético y a sus cuentas lo geométrico. Además se saltan la formalidad para fomentar el sector informal de la economía en las esquinas, ni se diga la manía de reservarse para sí millones de minutos que son de los consumidores (por redondeo). La mayoría de medidas que ha anunciado el gobierno son razonables, como la de actualizar el precio de costo e inflación del papel sellado, o garantizar el ISO a cuenta del ISR para grandes contribuyentes. Pienso que trabajar en dirección de la justicia fiscal sirve más al próximo gobierno que a este. Pero en nuestro país imperan más dos tipos de actitudes anti impuestos: a) en la clase política el inmediatismo y las apetencias electorales adelantadas. Y en la clase empresarial, un antiestatismo por principio que se traduce en una falta de responsabilidad con el país.
Ambas se constituyen en un freno para el desarrollo social, que sólo el fortalecimiento de la autoridad moral y legal del Estado Democrático de Derecho, puede hacer superar. La autoridad no excluye el consenso.

jueves, 26 de noviembre de 2009

DIME DESDE DONDE HABLAS….

… Y te diré quién eres. Esa podría ser la simplificación de lo que en un anterior artículo abordé el tema del polilogismo, el reconocimiento de que la Verdad suele tener una naturaleza contextual y diversa, según una determinada construcción social, de donde resulta que hay muchas lógicas, casi todas ellas válidas en sí mismas. Conviene tenerlo en cuenta, Pero no necesariamente para cuestionar su esencia sino para poner en perspectiva las posibles intencionalidades de los interlocutores: si la defensa o la promoción de algún bien simbólico o material. En todo caso, son las reglas de la lógica y de la ciencia son las que ayudan a determinar el grado de veracidad de los postulados en cuestión, o si al contrario, son mera retórica –arte de usar argumentos provocadores pero con poco sustento con la realidad- o mera propagada –arte de crear necesidades artificiales apelando a las emociones-.
Ahondando sobre este punto que algunos me han solicitado, señalo lo que en ciencias sociales se ha constatado prolijamente, que la verdad suele estar influida por al menos tres factores: a) el lugar epistemológico, b) el lugar social y c) el lugar histórico desde donde se producen.
Con respecto al lugar epistemológico, significa que el grado de veracidad de una verdad depende mucho del marco teórico y metodológico empleado para establecerla. No es lo mismo hablar de la Democracia como un mero método de selección aritmética que como una lucha por la soberanía popular. A mayor ciudadanía mayor democratización. O de los impuestos como un deber ciudadano en vez de un despojo; o de la libertad como un valor multidimensional universal, pero siempre relativo a verla como sinónimo de propiedad individual, únicamente (así F. Bastiat). Tampoco es lo mismo aplicar estándares demasiados altos a un fenómeno para hacer que la realidad coincida con la teoría y no al revés.
Con respecto al lugar social indica lo obvio: no es lo mismo hablar desde la perspectiva del que tiene y retiene del que no tiene. Ni desde el que habla como jefe que del que está abajo; ni desde el que es creyente que del que no lo es; en fin. Asimismo el lugar histórico indica que no es lo mismo justificar la esclavitud en el siglo XVII, que hacerlo desde el siglo XXI donde la vigencia de los derechos humanos hace inmoral dicha práctica, si bien nuevas y sutiles formas de esclavitud se erigen cada día en nombre de la flexibilidad laboral. Tampoco es lo mismo hablar del uso del condón en los años 60 cuando podía ser solo una moda en medio de una sociedad conservadora, que ahora mismo en tiempos de sobrepoblación, enfermedades de transmisión sexual y la revolución tecnológica.
Algunos quisieran que este tipo de análisis no se aplicaran, sino que simplemente se reconociera la absoluta validez de sus verdades particulares. Pero ello no sólo no es posible sino que bien aplicadas estas referencias nos ayudan a desnudar intencionalidades y las megafalacias sobre las que se erigen determinadas posiciones grupales.
Recientemente escuché de un amigo decir que Guatemala era una sociedad socialista y del peor tipo. Otro afirmaba que en Guatemala no existe libertad económica. Siendo que ambas afirmaciones apuntan hacia lo mismo, negar la realidad o distorsionarla, la única explicación es que su intencionalidad es promover la veracidad de su propio evangelio, sin evidencia de por medio.

jueves, 19 de noviembre de 2009

PROREFORMA Y LOS OPTIMATES, ¿VAN?

La Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales del Congreso de la República, ya terminó con las Audiencias Públicas para escuchar a diversos sectores sociales sobre las propuestas de reformas constitucionales, especialmente el Proyecto de Constitución de Pro de Reforma, que es la que ha recibido mayor atención. Se sabe que ahora los miembros de la Comisión dispondrán de una “encerrona” de tres días para consensuar la forma del dictamen. Los registros secretariales de la Comisión confirman que entre las casi 90 entidades sociales y sectoriales consultadas en las Audiencias Públicas del Congreso, apenas 6 organizaciones ligadas moral, personal e intelectualmente entre sí, respaldan la de Pro Reforma.
Como se sabe, la propuesta de Pro Reforma se basa en la idea gravitacional de la Universidad Francisco Marroquín de que el Mercado debe ser libre de todo control y rectoría por parte del Estado Democrático (i.e. sus instituciones, políticas e impuestos), para lo cual proponen situar el Derecho Privado por encima del Derecho Público, para lo cual se vuelve fundamental el diseño de un Senado muy parecido al que planteaban los Optimates –corriente aristocrática enemiga del pueblo en especial de las leyes agrarias, del periodo de la República Romana tardía-. Los optimates era la crema y nata de los Nobile (familias nobles) para quienes abogaban mayores privilegios, por lo que sus principales adversarios eran la fracción política de los Populares. Los Optimates reclamaban volver a un Senado restringido, minúsculo y sin los odiados Populares. El parecido con la esencia de la propuesta de Pro Reforma y de Hayek en particular, es notorio. En efecto, yo he escrito antes que tal propuesta persigue reconocer a nivel constitucional “la soberanía de la minoría”; sobre la base de absolutización teórica de los derechos de propiedad individual. Misma que no es otra cosa que la elevación de la ideología elitista dominante como ideología oficial de la comunidad política, entre otras consecuencias secundarias.
Volviendo al punto, la tardanza del dictamen por parte de la Comisión ha hecho sospechar a muchos que el cabildeo de este particular nuevo grupo de presión que son los libertaristas, está surtiendo efecto. Porque la resolución del caso, parecía sencilla, anecdótica, pero no ha sido así. Más bien parece que ahora algunos miembros de la Comisión tienen el dilema de decirle a Pro Reforma: a) “los elementos de análisis indican, que su propuesta es descabellada y/o contiene demasiadas anomalías constitucionales”; o: b) “hallemos una salida honrosa para su importante aporte”.
Supongamos que este 26 de noviembre cuando empiezan las deliberaciones sobre este punto en el Congreso, la Comisión le propone a Pro Reforma una solución castrada de su propuesta, digamos, sin el tema del Senado, ¿lo aceptarán? Podría ser que lo acepten en un acto de audacia adoptando una estrategia de gradualismo político, yendo a paso a pasos, como en el caso del crédito cero bancario. En este escenario sólo la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) podría inclinar la balanza, pues urgidos como están de una reforma fiscal y sabiendo que entre Pro Reforma y el sector privado organizado hay una íntima conexión ideológica, bien podrían negociar a cambio de que la reforma se apruebe. Si esto ocurre, el otro año tendremos una Consulta Popular sobre unas reformas constitucionales que no son las que la sociedad necesita para modernizar y democratizar el Estado y la Democracia. sigloxxi.com, jueves 19 de nov.

lunes, 12 de octubre de 2009

AUTORITARISMO Y DEMOCRACIA

(O, de por qué era necesario condenar el Golpe de Estado hondureño). La democracia como sistema tiene muchos enemigos, como toda sociedad abierta. Pero ella es el reino de la libertad con propósito. Esto es así, debido al origen de su legitimidad -el pueblo-; por sus fines –poder para todos-; por sus medios –elecciones libres y abiertas-; por su esencia –el mandato de la mayoría y el pluralismo-; y por su forma –la igualdad-, que hacen de ésta la síntesis de lo público y lo privado. Tal sería una noción prescriptiva y horizontal de la democracia. Las alternativas a ella son el autoritarismo o la fachada democrática. En la primera, se pueden distinguir tres clases: a) las dictaduras; b) los gobiernos autoritarios, y c) los estilos autoritarios a todas las caracteriza la intolerancia ideológica con los “ajenos”. Las primeras, son las dictaduras típicas, que pueden ser singulares o plurales, carismáticas o burocráticas. En nombre de pretendidos valores universales –como defensa de la libertad- imponen en realidad su orden, su disciplina por coacción, para aplacar la libertad de ser, individual, intelectual y colectiva.
En cambio, los gobiernos autoritarios son aquellos donde la realidad indica que unas élites claramente identificadas y de manera permanente boicotean el reciclaje del sistema. Que incluso pueden convivir con la democracia pero en una forma enrarecida de ella. Sus controladores son grupos exclusivos que en nombre de valores universales -como la libertad- la usan como excusa para defender sus privilegios de casta en el poder (político/económico). La democracia se convierte en una especie de religión falsa, la que por intermedio de la gran prensa, nos que vende la idea de que el voto es una hostia sagrada, en el que por gracia infusa somos demócratas cada cierto tiempo, cuando en la práctica asistimos a un juego competitivo entre los mismos grupos dominantes en vez de un libre examen de ideas, líderes y alternativas.
Otra forma de gobierno autoritario, es la degeneración de los gobiernos mayoritarios, que son cuando las mayorías parlamentarias se rigen por la arbitrariedad y no por el consenso. Que desoyen y debilitan a la oposición política. De ahí que sean necesarias medidas preventivas en el sistema constitucional: separación de poderes, igualdad del voto y/o individualización de la representación política; libertad de expresión y asociación, para asegurar voz a los excluidos.
En la tercera forma denotativa, la de los estilos autoritarios, es la que encierra carisma y poder en ciertos liderazgos y por ello sólo las instituciones democráticas es el antídoto a la tiranía. Para combatirles es inaceptable inyectar medicinas que empeoren la enfermedad.
Dictaduras políticas hay pocas hoy día, gobiernos autoritarios abundan, y los estilos autoritarios todavía más. La diferencia está en el compromiso con la democracia para erradicar el autoritarismo como opción. Por eso era necesario que en Guatemala ciertos grupos empresariales y políticos se distanciaran de la extrema derecha condenando el Golpe de Estado en Honduras, para no dejar en ridículo su apoyo discursivo al Estado de Derecho tanto como su adhesión a la democracia vigente, porque nadie quieres verlos como potenciales promotores de Golpes de Estado en Guatemala. En 1992 muchos sectores manifestamos cero tolerancia con el Golpe porque esa es la frontera entre demócratas y reaccionarios. sigloxxi.com

miércoles, 7 de octubre de 2009

EL DUO DINAMICO: CASTRESANA Y NINETH

Carlos Castresana en la esquina internacional junto con Nineth Montenegro en la esquina nacional, han demostrado indefectiblemente que lo que les mueve es la depuración y fortalecimiento del Estado de Derecho en Guatemala, lo cual implica el combate de la impunidad, la corrupción y las mafias incrustadas en el Estado. En esa lucha no están solos, una pléyades de entidades de la sociedad civil y empresarial, más la comunidad diplomática, les han acompañado. Pero también hay muchos obstáculos en el camino, el crimen organizado, el contrabando, ex agentes de seguridad del Estado que confabulan invirtiendo millones para salirse con la suya comprando voluntades de profesionales y políticos corruptos.
De lado oscuro de esta lucha por transformar las instituciones de justicia, también hay personas y entidades que no deberían aparecer allí. Resulta extraña la oposición que desde el principio mantuvo, por ejemplo, el Presidente Álvaro Colom contra la Ley de Comisiones de Postulación y la posición ominosa de su partido la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) (y otros partidos transas), en aparente contubernio con el tristemente célebre Rey del Tenis.
Se trata del concepto en general de “Estado capturado”, que acuñó el Banco Mundial para referirse al aparato público penetrado e influenciado por actores no legítimos de la lucha política, insertados mediante la compra de voluntades o infiltrados, o mediante boicots financieros con el fin de obtener pago de favores; usar información privilegiada; acceder a negocios lícitos sin tanta competencia y autogarantizarse impunidad en las Cortes.
Es fácil comprender que el Estado de Guatemala siempre ha estado “capturado” por algunos de los grupos de poder político o económico que lo han usado para beneficiarse al margen de procesos legítimos. Pero hoy día a los tradicionales factores de poder que se han movido a la sombra del aparato público, también se han sumado a la competencia los grupos infames del pasado, crecidos al amparo de la impunidad y la anorexia estatal. Para la extrema derecha que desde el inicio despotricó (ya por principio, ya por comparsa con las mafias) contra la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) deberían ahora estar reevaluando su esquema, porque sus resultados positivos son obvios.
Pero también nuestras instituciones han funcionado, no todo está podrido, si no véase el determinante papel de la Corte de Constitucionalidad (CC), que significa que no tenemos un sistema totalmente atrasado.
Todo lo bueno que este proceso ha tenido ha sido por la Ley de Comisiones de Postulación (Ley Nineth) que transparentó y democratizó el mismo y todo lo malo que ha tenido, ha sido por las componendas y pago de favores entre algunos partidos y las mafias. Sólo el fortalecimiento del Estado de derecho reducirá la impunidad. Entiendo por “Estado de Derecho” el reino de la justicia en el contexto de la comunidad política (deontológica) y no sólo el de “no se metan con lo mío” que es la concepción individualista/egoísta de un grupo de ciudadanos que lo invocan a costa de lo público.
Con todo, la lucha sigue y en este proceso varias organizaciones de sociedad civil mantuvieron sus deberes en alto, pero una acción por inédita también se hizo presente y fue la campaña de columnistas denominada “Injusticia” en donde un rostro de mujer fue visible por su celo, Marielos Monzón. Felicitaciones colegas.

viernes, 2 de octubre de 2009

NINETH PRESIDENTA (2)

Varias reacciones, la mayoría positivas, me hicieron llegar de manera personal o al email y al blog de Siglo XXI, acerca de que Nineth Montenegro estaría considerando aceptar la proposición del Partido para postularse como candidata Presidencial, como una alternativa creíble frente a los populismos autoritarios de la Doña y el General. Empero, hubo dudas sobre la naturaleza de su eventual gobierno, por lo que hube de consultar con ella para conocer su propuesta. Me refirió que independientemente de que su candidatura fuera una realidad próxima o no, cuatro serían los puntos que el partido estaría sometiendo a debate para dibujar, con el resto de sectores claves del país, el diseño de un Gobierno de Salvación Nacional:
1) Un Gabinete Plural.
2) una Bancada Profesional y ética;
3) una Agenda Social Compartida y
4) un Presupuesto Público Balanceado.
Estos cuatro puntos pretenden constituirse en los catalizadores de una amplia alianza democrática y generadora de condiciones favorables para la estabilidad y crecimiento económico del país.
Lo del Gabinete Plural significa que más que un gabinete de partido o de “amigos de la Presidenta” lo que se tendría es una serie de despachos representativos de diversos sectores, integrado por profesionales calificados, probos y con vocación de servicio público. La Bancada Profesional y ética supone integrarla por guatemaltecos capaces de desarrollar Alta Política, sin importar su identidad ideológica, dialogantes, propositivos y verdaderos servidores públicos, pero con cero tolerancia con la corrupción y los extremismos.
La Agenda Social Compartida o “política de resultados”, es un concepto de que el Estado no es para desarrollar filantropía política de ningún tipo, pero debe impulsar políticas públicas transformadoras, de resultados y de largo plazo, estructurada en una Agenda del Milenio, para 20 años plazo, contando con el sector privado y la sociedad civil para su diseño, ejecución y fiscalización. Una agenda estratégica de país, que requiere de un pacto social y político para la debida identificación de las prioridades, las metas, los costos y de cómo se va a financiar. Sin una agenda estratégica concertada no hay salida a ninguna crisis actual. Un pacto de este tipo, alejaría al país del populismo pero también de la indiferencia social entre nosotros.


Las transferencias condicionadas, no serán más la base de su gobierno pero contarían éstas con el apoyo político del gobierno para que alguna entidad privada lo impulse, con las fiscalizaciones que impone la Ley.
En lo relativo al Presupuesto Balanceado, se hace énfasis en la necesaria simetría que debería haber entre ingresos y gastos, lo cual implica un gobierno responsable con el manejo de sus recursos y la transparencia para usarlos. La solvencia fiscal es un objetivo clave, pero debe ser congruente con la Agenda Social Compartida. Y en materia de seguridad no se descarta la supresión de la Policía Nacional Civil para refundarla en un cuerpo superior y eficiente, más orientado a la formación de cuerpos de elite. Ello obligaría al involucramiento de los gobiernos locales para una gestión descentralizada de la seguridad ciudadana.
Puede notarse, entonces, que más que objetivos lo que Nineth propone es el cómo, lo cual es una propuesta diferenciadora y que eleva la calidad del debate político. ¿Qué les parece?

¿NINETH PRESIDENTA? (1)

Que el panorama político guatemalteco está pobre de opciones electorales, es evidente ante el dilema que se ha estado discutiendo por estos días: o la Doña o el General, cuyos nominativos ya indican dos caras de una misma moneda de corte autoritario y populistas ambos. Pero hay que pensar en ofertas distintas, racionales, pragmáticas, incluyentes como lo es el caso de Nineth Montenegro.
Hasta donde sé, el partido del que ella es líder ha venido discutiendo la posibilidad de que tras la Asamblea General de octubre, preparar condiciones para que Nineth sea candidata presidencial.
Si el partido la llega a convencer, la oferta electoral se vería de pronto enriquecida con una dama cinco estrellas. Siendo que la cultura política guatemalteca es marcadamente carismática antes que racional, la trayectoria de Nineth en la lucha social o política, importa mucho para cubrir ambos aspectos y proporcionar un perfil integral para su consideración para la más alta magistratura del país. Su figura ya está en el top of mind entre varias cohortes societales, superando fronteras generacionales (¿quién menor de 25 o mayor de 40 no la conoce?), territoriales (en las pasadas elecciones encabezando la lista nacional superó incluso a quien postuló como candidata presidencial de su partido), étnicas y de clase. Su comprensión de la dinámica del Estado, y su lucha por transparentarlo y profesionalizarlo han sido constantes y firmes. En resumen, Nineth es ella misma un punto de equilibrio para cualquier proyecto político serio.
Varias leyes legislativas como la de Acceso a la Información Pública, Comisiones de Postulación, la defensa del Consumidor, o de los partidos políticos, dan cuenta de una preocupación que apunta al fortalecimiento de las clases medias urbanas y del interior, y en este campo ciertamente hace falta conjuntar más esfuerzos para que el riesgo económico que cotidianamente asumen las clases medias sea todavía más apoyado desde el parlamento y las políticas públicas. Nineth no es de izquierda y tampoco de derecha, tanto es así que los dignos representantes de ambas corrientes la destestan por eso, temiéndola cada uno por su lado por no poder contarla plenamente entre sus filas. Su independencia ha sido a toda prueba, lo cual algunos detractores acusan de individualismo; siendo éstos los que más se han aprovechado de su caudal para salir del anonimato.
En fin, que los analistas políticos, asesores y periodistas deben comenzar a poner en su radar a Nineth, porque su conducción al frente del Gobierno, erradicar la filantropía como política, el clientelismo convertido en corrupción y la demagogia; pero asimismo levantaría la inversión social en educación salud y seguridad como sus principales baluartes para poner a Guatemala en el liderazgo centroamericano que ha perdido. Las minorías de todo tipo hallarían cobijo en su sensibilidad social; mientras que los factores tradicionales de poder podrían confiar en que una política de carrera como ella, representa más credibilidad y garantía de que se puede impulsar un proyecto de nación conjunto, contando con los mejores talentos del país para diseñar el Gabinete, y todo con visión de largo plazo para el país, a fin de evitar la improvisación, la polarización y el sectarismos, que nos vuelve vulnerables ante las crisis internacionales y la debilidad de las instituciones democráticas.

lunes, 28 de septiembre de 2009

AMIGO-ENEMIGO: CUBA Y HONDURAS

Honduras se ha convertido para la extrema derecha en lo que Cuba es para la extrema izquierda: ícono de dignidad. Sabiendo que los orígenes de ambos casos son distintos, el comportamiento de sus respectivos soportes ideológicos es, sin embargo, parecido en la medida que se guían más por la pasión antes que por la razón y en una lógica propia de la Guerra Fría. De hecho uno de los columnistas cercanos al gobierno de facto de Honduras calificó a Caracas como “la nueva Moscú”, mientras que otra columnista (Carroll Ríos, SigloXXI, 23/9/2009) ha pedido al Departamento de Estado estadounidense regirse por el “realismo político” y no por “la trampa idealista” –i.e. la teoría que inspira la creación del sistema cooperativo internacional para la búsqueda de la paz, los derechos humanos y el desarrollo sostenible, en vez de la supremacía de los potencias-, promoviendo en su lugar algo así como el retorno a la política de “Contención del Comunismo”, aquella de cuando las relaciones internacionales se regían por el principio de amigo-enemigo. Doctrina ésta que describió muy bien Mao Ze Dong cuando dijo: “debemos apoyar todo lo que el enemigo combata y combatir todo lo que el enemigo apoye”.
Conceptos como “una democracia dirigida”, como invocó el Alcalde Álvaro Arzú, sólo sirven para justificar los fines superiores del Estado o la seguridad nacional frente a la voluntad popular. Pese a la evidencia que el serranazo y el michelitazo son lo mismo, no lo quieren ver. Tienen las mismas características de un golpe clásico: generales golpistas, conspiración, represión, arbitrariedad contra las autoridades instituidas (véase la destitución del Alcalde de san Pedro Sula), recorte de la libertad de prensa y movilización, acoso al personal diplomático, etcétera. Y entonces todo se reduce a la solidaridad de clase, aunque se defienda el autoritarismo.
Pero, la solidaridad de clase es inevitable: los sectores populares harán por sus pares hondureños, lo mismo que las cámaras empresariales con sus homólogos. Las extremas derechas de la región descalifican a las resistencias ciudadanas contra el golpe, diciendo que son “pagados por Chávez” y aunque los ha de haber prochavistas, también hay miles de hondureños demócratas avergonzadas con lo que pasa en su país. Hasta la iglesia católica hondureña empieza a rectificar ante los hechos. Y mientras las actuales autoridades hondureñas sigan analizando la situación de su país en clave venezolana, viendo a Chávez en todo, no se ocuparán con flexibilidad de sus problemas que son más de orden interno que externo.
No soy ingenuo, intuyo que el Presidente Hugo Chávez, intenta con el caso hondureño ponerse a prueba frente a cierta izquierda radical, para heredar el liderazgo de Fidel en la región. Pero igualmente, algunos enclaves de la burguesía del triángulo norte centroamericano no han aprendido a ser democráticas, por el temor permanente que tienen del Pueblo, por lo que al satanizar Chávez piensan que evitarán para siempre la lucha de clases en sus respectivos países.
Para mí, el único lugar donde las hegemonía de unas clases sobre otras se puede expresar sin violencia es con la democracia, donde los Urnas y los Tribunales son las entradas y las salidas del sistema. La democracia pluralista es la mejor democracia posible porque implica competencia entre contrarios y cooperación entre iguales.

domingo, 27 de septiembre de 2009

FALLIDO CONSTRUCTIVISMO CONSERVADOR

El suscrito se ha congratulado el debate generado alrededor del proyecto de “la Constitución de Pro Reforma”, porque todo aporte que ayude a la deconstrucción del error es un aporte a la verdad y por ende a la convivencia pacífica. Sin duda que todo este episodio generado por ProReforma merece un proyecto sistematizador de corte académico. La motivación sería hacer un mejor análisis de esta corriente del pensamiento liberal nativo -los libertaristas-, porque siendo ellos no marginales sino hegemónicos, es necesario tener bases para un diálogo racional entre contrarios, en las claves de Jürgen Habermas, en cuanto a reconocer la genética de los conceptos y sus implicaciones en varios temas.
Pese a lo anterior, el fracaso anunciado de la Constitución de ProReforma, tiene que ver con dos factores internos y dos variables políticas:
Factor interno uno: La “fatal arrogancia” de intentar acomodar un sistema económico mediante un ropaje institucional en donde por ejemplo, el fin ultimo es constituir una “antidemocracia de elites”, para lo cual han tenido que imaginar un diseño –no propio por cierto- en el que es clave la figura del senado, donde críticos y defensores se han debatido por el tema de la edad, como si lo esencial del proyecto fuera constituir un gobierno de sabios, cuando no es así. Sin embargo dicha propuesta senatorial ha revelado, una “miseria sociológica” como acertadamente ha publicado Edelberto Torres-Rivas, porque se hizo evidente que ellos no conocen al país, ya sea por ignorancia turística o posicionamiento de clase o cerrazón dogmatica. Lo más visible de su error de cálculo en la respuesta ciudadana, ha sido la invisibilización de los pueblos indígenas y la exclusión de las juventudes en su diseño, entendible si uno conoce que para ellos el mercado carece de identidades excepto de consumidores; y donde la República implica Ley antes que humanidad; y Estado de Derecho implica propiedad individual antes que Sociedad; y democracia es un método antes que una mandato.
Factor interno dos: la “la fatal arrogancia” que supone caer en el constructivismo tan criticado por ellos, sólo que a la inversa, de corte conservador, con una serie de premisas falsas como dar por sentado que no hay Estado de Derecho y que la democracia representativa es peligrosa, por lo que es necesario separar el Derecho de la Economía y de la Política; cuestión que es filosóficamente inconsistente, puesto que todo Derecho que se separa de ambos campos ya no es tal, pierde su fuerza legitimadora, hay que decirlo, antes que los derechos está la Justicia.
Variable política externa uno: los políticos no pueden hacerse el harakiri. La política no es un campo autónomo pero tiene identidad propia y por ende los presupuestos del public choic no son más que territorio enemigo para los servidores públicos, aunque les suene a poesía a los empresarios.
Variable política dos: aunque la izquierda política sea marginal, el pensamiento y el sentimiento de izquierda tiene bastante eco entre las organizaciones sociales e indígenas, y allí todavía no se ha olvidado que la derecha más conservadora de este país se unificó para rechazar las reformas constitucionales de 1999, lo cual hicieron paradójicamente con dos argumentos que hoy rechazan: que era mejor hacerlas a través de una Asamblea Constituyente y que el pueblo no conocía todo el paquete de reformas. sigloxxi.com

ORIGEN DE LA POBREZA

Reza una frase retórica: “La pobreza es la condición natural del ser humano…, la pobreza no tiene causas” (A. de la Torre, dixit). Si bien no está mal filosofar sobre este grave problema, tales afirmaciones necesitan demostrarse, so pena de quedarse gravitando el mundo de las ideas y por tanto su ratificación sólo podría dilucidarse en un plano ontológico o metafísico.El filósofo político liberal, J. Locke sostuvo en su Primer Tratado de Gobierno que el derecho divino no era más que un mito justificatorio del poder absoluto de rey; pero en su Segundo Tratado, justificó la propiedad privada como un derecho fundamental originado antes que los Estados, amparada en una “ley natural”, entendida de un modo más teológico que empírico. Esta contradicción se debió a la manía platónica de extraer del mundo ideal, leyes aplicables al mundo científico.Pero Locke tenía razón en que los derechos de propiedad, y otros derechos fundamentales, requerían para su protección de un árbitro imparcial y fuerte para garantizarlos, un “sistema de reglas de recta conducta aplicables a todos”, el cual llamamos Estado y más concretamente Rule of Law, en el que predominan las leyes. Dicho de otro modo, el mercado (el reino de lo privado) necesita Estado (el reino de lo público) para sobrevivir.En efecto, el Estado nació para dirimir los antagonismos económicos tribales, de clase, territoriales, que se producían con el comercio de excedentes (el ahorro no es un sacrificio del consumo, sino, ante todo, un excedente, el cual se resguarda para mejores tiempos o se intercambia por bienes equivalentes) de las sociedades originales. Excedentes que a veces se perdían por las guerras y las deudas, que hacían inciertas las riquezas acumuladas.El Estado debía garantizar estabilidad y paz, y ya de perdidas, también justicia. Para lograrlo, el Estado se dotó del uso exclusivo de la fuerza, así como de la división territorial y la división del trabajo entre los propietarios/productores; promulgación de impuestos para sostener ejércitos, funcionarios y jueces; todo lo cual fue aceptado a cambio de que las riquezas acumuladas pudieran heredarse e intercambiarse. Pero el árbitro era el resultado del consenso de varios grupos, en el que, de todos modos, quienes mandaban ponían las reglas. Los Estados de Derecho iniciales formalizaron la diferencia al dejar excluidos del juego político y económico a los desposeídos, por lo que la ciudadanía se graduaba conforme a la fortuna individual. Hoy día eso ha venido cambiando, como resultado de la lucha política de los de abajo; la lucha contra la desigualdad jurídica; la ampliación de oportunidades y que el Estado sea relativamente independiente de los intereses dominantes, además de transparente para seguirle la pista a la alianza entre los gobiernos y la Bolsa (mutuamente beneficioso, por demás).Así que, desde un punto de vista histórico la pobreza y la riqueza tienen causas, rastreables; desde un punto de vista sociológico eso se reproduce en las desiguales relaciones de poder y en la excesiva concentración de la riqueza; desde un punto de vista antropológico, que el hombre sigue siendo el lobo del hombre.

De Saturno y Otros Discursos Económicos

NOTA DEL ADMINISTRADOR DEL BLOG
El Autor de este texto busca rebatir la postura planteada por José Raúl González Merlo en su reciente artículo titulado "Hambruna y Pobreza". Por la extensión y desarrollo de los argumentos planteados, los administradores del blog consideramos pertinente presentar el texto íntegro como artículo en lugar de remitirlo a la sección de comentarios.
Aunque no necesariamente compartimos la opinión planteada por Alvaro, consideramos oportuno promover una discusión abierta sobre temas tan importantes como los que aquí se plantean y agradecemos a Alvaro por su contribución intelectual.
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Notas a propósito de una visión simplista de la economía en el tema del hambre en el país.

PREAMBULO
Tal como dijera el mismo Presidente Álvaro Colom, cada año es lo mismo con el tema de la desnutrición severa, “hasta los titulares son los mismos”, e independientemente de qué es lo que el Presidente pretendía con semejante declaración, es claro desde mi punto de mira, que los momentos de crisis de cualquier tema son los más propicios para hacer valer soluciones, propuestas y teorías, para explicarlas y superarlas, de modo que no es ocioso seguir discutiendo esto sobre todo si son millones y no algunos pocos los que en nuestro país sufren de algún grado de desnutrición crónica, o que las tasas de mortalidad infantil son altas y los que sobreviven tienen que trabajar desde temprano por salarios de hambre, todo lo cual hace ver a la sociedad guatemalteca como Saturno que devora a sus hijos al nacer, pese a lo cual son tantos los que nacen que pululan en las calles negándose a desaparecer de nuestra vista, porque como toda realidad, esta se reproduce sola y sólo los ciegos no la ven.
Algunas interpretaciones de las crisis se limitarán a repetir lo que siempre han dicho, otros se esforzarán en hallar nuevas respuestas, ante pertinaz realidad. En este sempiterno caso de las hambrunas en oriente u occidente del territorio nacional, las interpretaciones comunes podrían dividirse en tres: la izquierdista radical que dirá el problema es estructural e histórico, y por tanto su solución es anticapitalista, si bien el reconocimiento de un fenómeno social como estructural e histórico no da como resultado una recete anticapitalista, pero es frecuente ver notas diciendo “en cambio en Cuba no se ven estas cosas de hambre en la niñez”. Otra visión es la que sindico de “libertarista radical” que dirá algo así: “aquí no hay suficiente libre mercado y que los derechos de propiedad no están suficientemente “protegidos” o “liberados”; como para generar riqueza”. También se escuchará a ecologistas fatalistas quienes echando la culpa a la globalización y/o al calentamiento global, invocan una “soberanía alimentaria” sobre la base de desechar acuerdos de libre comercio o promover la reforma agraria. Y así por el estilo. Los hechos son que la desnutrición ha venido creciendo desde 1995 al igual que la pobreza, medida en ingresos, mientras que el Producto Interno Bruto sigue oscilando entre un 4 y 2% desde hace ya 20 años.
Lo que el suscrito rechaza son las visiones ideologistas o simplistas que insistiendo en enfoques estrechos de la realidad, tienden de forma genérica a culpar al “sistema capitalista” -que tal vez tengan razón-; o de culpar a los “gobiernos” en general -que tal vez tengan razón-; pero que tomadas aisladamente no pueden ser la explicación total del fenómeno, como tampoco tomadas separadamente pueden resolver ni la emergencia ni la permanencia el problema.
Toda visión ideologista cumple dos funciones: una simplificar excesivamente la realidad para fines de discurso proselitista y otra como justificadora de cierta porción de la realidad, finalmente distorsionándola, en este caso para decir que el problema no es culpa de nadie sino de todos; o de unos pocos, pero no de nosotros. Y ya de perdidas, quizá culpa de Dios o el diablo.
Como en todas las verdaderas soluciones, estas tienen que ser integrales, imperfectas, múltiples y necesariamente consistentes para que garanticen resultados. A los académicos nos toca seguir haciendo ciencia, en este caso desde la ciencia económica y política promover teorías generales a partir de demostraciones reconocibles que ayuden a superar los errores del pasado, o las visiones supersticiosas y permitan fomentar un mejor futuro para todos.
Con esta larga introducción (tratándose de un artículo) aprovecho para poner en contexto una breve polémica que tuve (y seguro seguiré teniendo) con Mario Cuevas Méndez, actual Presidente el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), a partir de artículo de José Raúl González Merlo, publicado en el diario Prensa Libre (1/9/2009) reproducido en el diario el Blog del sitio web del CIEN y comentado de mi parte en el muro de facebook. El siguiente fue mi comentario:
“habrase visto tamaño cinismo de este discurso (no importa quien lo dicta ahora -el Lic. Merlo, en este caso-) es el mismo que sedimenta al libertarismo local, extremista en la justificación ideológica de la injusticia, y la evasión de responsabilidades por parte del sector privado (…) con la sociedad y en la debacle financiera del Estado y, tampoco disculpo a los gobiernos anteriores, los que al final han respondido al sector que los vilipendia...” fin de la cita. Por su parte Mario respondió
“Alvaro--No veo por ninguna parte en el artículo de José Raúl (1) la defensa de la injusticia; (2) la defensa de la evasión de responsabilidades del sector privado; (3) el rol del sector privado en la debacle financiera del Estado. No encuentro esos temas por ninguna parte. ¿Nó será que estás atacando lo que CREES que el artículo dicen sin realmente LEER su contenido?” fin de la cita.
Un par de intercambios más en el mismo blog, me hizo proponerle compartir mi visión sobre el artículo o de ese pensamiento, que para efectos es lo mismo. Nótese que dije “mi visión”, porque al final de cuentas, mi interpretación del contenido de dicho artículo está también motivada por una determinada concepción de la sociedad, si bien tengo pretensiones de que hay que tener un razonamiento lógico y una cadena de investigaciones previas para hacer determinadas conclusiones. Y como no siempre está la información disponible, o actualizada o contrastada, resulta que la mayoría de nuestras conclusiones, son verdades preliminares o aproximativas. Tal es mi punto de partida.
DE MERLO Y SUS POSTULADOS.
Comienza José Raúl con una afirmación; que el problema “ha vuelto a despertar las críticas y comentarios respecto de algo que no debería de ocurrir en un país supuestamente rico como Guatemala”. Es obvio que Guatemala no es un país rico –en términos de crecimiento económico, buen nivel de vida para la mayoría y competencia productiva y tecnológica en general- , de modo que primero habría que identificar quién anda diciendo semejante estafa. Otra cosa sería decir que es rico en recursos naturales, lo cual apenas si se ha visto en algunos productos mineros o energéticos, pero mientras no haya suficientes estudios no sabremos a cuánto asciende y cuánto podría ello ayudar a la sociedad guatemalteca a escalar al primer mundo. Lo que sí puede decirse, pero más como una declaración aspiracional es que los recursos naturales o el mismo entorno natural son suficientes para ser económicamente explotables directa o indirectamente –como turismo ecológico, p.ej- para generar riqueza social, y que lo deseable es que dicha riqueza se quede en más del 50 por ciento en Guatemala. Otra afirmación, que se puede hacer es que desde un punto de vista monetario o financiero, sí hay suficiente riqueza, tanta que una adecuada política distributiva o de repatriación de capitales para invertirlos aquí –o ambas- se podría sacar a las mayorías de la condición de su pobreza.
En fin que Merlo prosigue diciendo: es un error creer que la pobreza es y debería de ser la excepción en pleno siglo XXI. Al contrario. La pobreza es la condición natural del ser humano y lo verdaderamente excepcional es la riqueza. Yo sí discuto, que la pobreza (general y extrema) deba ser tomada como normal. Al contrario, que en pleno siglo XXI esta debería ser marginal, dada el alto nivel de desarrollo tecnológico que ha alcanzado la humanidad y la capacidad que se tiene de producir alimentos. Y sobre todo cuando la pobreza es mayoritaria, alcanzando en una sociedad como la nuestra niveles superiores al 50 por ciento, ninguna teoría económica o modelo político podría argumentar seriamente que eso es natural. Sería como decirle a alguien de 40 años, soltero, que si no se ha casado, ello es algo normal porque todos nacemos solteros, lo excepcional es casarse. Cosa aparte es la opción por la soltería, pero en este caso, la pobreza no es opción y por tanto no haberla superado o no quererla superar es un problema que tiene causas, concretas e históricas. Que más del 50 por ciento de guatemaltecos sea pobre y un 15 por ciento sea extremadamente sólo habla del fracaso de cualquier tipo de modelo económico que hayamos implementado, y de la excesiva concentración de la riqueza, no solo en este país sino a nivel mundial, que hace que la humanidad sea exitosa no en producir riqueza sino en producir pobreza a partir de la apropiación de unos pocos de la riqueza disponible para muchos. Es una cuestión de sistema económico y político.
Con dicho postulado, Merlo no sólo esquiva la realidad, sino pone una valla demasiado alta como para saltarla con medios humanos, racionales y económicos.
Más adelante prosigue: “es ingenuo pensar que el Gobierno solucionará el problema mediante una efectiva política de redistribución de la riqueza”. Bueno aquí yo mismo peco de ingenuo, porque sí creo en la posibilidad fáctica y obligación moral de que, no el gobierno sino el sistema de gobierno, transfiera la voluntad general del bien común, y hacer algo en función de ello, y ese algo que es que la poca o mucha riqueza que hay, se distribuya para mejorar las condiciones concretas de los pobres y los más pobres a través de una adecuada estructura fiscal y tributaria, y a través de salarios y empleos adecuados, así como a la generación de políticas –i.e. condiciones adecuadas- para asegurar que el crecimiento económico no se detenga y alcance a todos.
Hasta aquí, es probable que muchos abandonen la lectura de esta réplica, alegando que soy un colectivista, ignorante de las leyes económicas de la oferta y la demanda. Pero debo insistir en que el crecimiento económico sólo ocurre cuando hay una economía productiva que sabe atar la inversión de capital, el trabajo, las innovaciones y los derechos sociales con la tasa de ganancia, que al final también es social. Sencillamente no creo en el egoísmo como virtud, excepto para sobrevivir, no para vivir en sociedad, rechazo tal idea como anti evolutiva. La forma de superarse de los individuos, las familias y las naciones es por medio del trabajo, la producción y distribución en la medida que cada quien aprovecha la riqueza disponible. De lo contrario estaré condenado a una muerte prematura. Y si yo soy “los más” y no los menos, es obvio que el sistema de gobierno –que se dice democrático- responda “a los más” con respecto a la riqueza disponible. Eso no autoriza la expropiación arbitraria de la riqueza acumulada –de una minoría- sino su tasación para fines generales.
Sigamos: en el tercer párrafo Merlo da una aseveración que comparto plenamente: “hay pobreza en el llamado “corredor seco” porque no hay suficientes fuentes de empleo” solo matizaría diciendo que para que haya suficiente empleo en dicho territorio no es sólo cuestión de inversión en, que sé yo, fábricas o maquilas asentadas en dichos lugares, porque las inversiones privadas no se asientan en cualquier parte, y siendo que es una zona principalmente agrícola básica –de sobrevivencia-, sus habitantes, aquellos que pueden, preferirían emigrar a centros urbanos o al extranjero, por lo que tendría que ser el sistema de gobierno el que facilite inversiones crediticias y productivas de orden público en aquellas zona. La falta de mano de obra calificada, o por lo menos sana para ser empleada, es otro déficit de la zona en cuestión como para simplemente aseverar que el problema principal allí es la falta de fuentes de empleo. Buena cosa sería que el sistema de gobierno emplee recursos públicos para asegurar primero “capital humano” (valor agregado de la mano de obra disponible), que no es de generación espontánea, para que también haya fuentes de empleo en territorios no atractivos desde el punto de vista empresarial.
Problema aparte es que gobiernos específicos sean notoriamente incompetentes para prever y atender casos de emergencia o de promover “polos de desarrollo” con el concurso de capitales privados y públicos.
Siempre en el tercer párrafo, Merlo sostiene que las mayorías del planeta son pobres porque así es la condición natural de la humanidad -cosa que rechazo- y que a las minorías que gozan de los beneficios de la civilización occidental se nos olvida cómo y por qué vivimos bien y hasta creemos que es nuestro derecho vivir así. (Entre paréntesis debo decir que no me incluyo entre los que se asumen viviendo bien de este sistema, sino apenas sobreviviendo, un poco mejor que algunos, pero evidentemente igual que la mayoría excluida). Por tanto, tratándose la aseveración de Merlo de una declaración ideológica –de identidad y apariencias- más que científica, merece una respuesta también ideológica: la suya es solamente una justificación ideologizada para los privilegios de una clase. La verdad es que las mayorías que vivimos mal, no sólo no debemos sentirnos agradecidos de que el sistema económico sea “naturalmente” segregador y estratificador, excluyendo de los beneficios económicos a las mayorías sino que, efectivamente hay que hacer algo para corregir y/o invertir esa realidad.
Posteriormente Merlo sostiene que el gran fallo del gobierno, o más bien “de todos los gobiernos anteriores” (no aclara hasta dónde arrastra la culpa gubernamental del problema, aunque si me atengo a las prolegómenos del Proyecto de Constitución de ProReforma del que el artículo de marras, parece ser deudor), este habría empezado desde hace 185 años tras la declaración de independencia de nuestro país. Así el tema no sería analizar este o cual gobierno, ni esta o cual política, sino todo sistema, mismo que Merlo describe como aquel que cumple “su básica función de garantizar la vida, la libertad, la propiedad y la seguridad jurídica de sus ciudadanos”. Menuda cosa. Porque es tanto como afirmar que hemos vivido bajo la ley de la selva, que nunca ha habido Estado, sino alguna suerte de dictadura de gobierno anti empresarial, más ocupado en volver pobres a los pobres e impedir que los ricos sean más ricos. Casi un gobierno alienígena.
Ciertamente el Estado de Guatemala ha fallado –y con el muchos gobiernos de signos proclives al libre mercado- en garantizar la vida –sino véase los saldos del terrorismo de Estado cometidos durante el pasado conflicto armado interno y que no ha logrado resolver el tema de los detenidos-desaparecidos que es algo así como una muerte perenne-; o bien el caso de los fallecidos por causas prevenibles en materia de salud etcétera. Pero, al menos de mi parte en mis 41 años de vida, sólo he visto un Estado –y con el, la cadena de gobiernos que lo han administrado- actuando a favor de la propiedad y la seguridad jurídica. Herejía, gritarán algunos, tú lo que has visto es mercantilismo no economía de mercado, me dirán. Pero para los efectos, es lo mismo. Las diferencias entre ellas son teóricas, y las consecuencias sólo están el terreno de la especulación predictiva.
La constatación práctica de mi aseveración está en la historia y en el análisis jurídico del Estado de Derecho que vivimos que permite afirmar: La riqueza de este país se ha producido en base a la apropiación privada de los medios de producción y al uso continuado del Estado por parte de una clase privilegiada, que ha logrado asegurar un “círculo de negocios” entre la administración publica y la privada. Pese a lo cual ha habido también un permanente y comprobado boicot fiscal para que el sistema de gobierno cumpla al menos con lo mínimo que establece la Constitución de la República en materia de derechos materiales de la población.
Mientras tanto, la última aseveración de Merlo de que “Cada habitante chapín produce dos mil dólares de riqueza por año. Un estadounidense produce en promedio veinte veces más…” no sólo es falsa sino ridícula, porque el PIB per cápita sólo es una cifra prorroteada hipotéticamente del total generado en la riqueza disponible en un año (de todos modos nuestro PIB per cápita reconocido es de us$5,400) con lo que si tal cosa fuera cierta, 13 millones de habitantes estarían produciendo alrededor de 43 mil quetzales anuales disponibles para gastar (el salario mínimo es de alrededor de 200 dólares y el PEA es de 40%). Por lo demás, comparar nuestro PIB per cápita con el estadounidense es mala leche, porque es como comparar los ingresos de un granjero con un magnate industrial, aunque la intención sea que algún día nos lleguemos a parecer.
En fin, dejo hasta aquí esta interesante discusión que espero, contribuya al menos a esclarecer por qué emití la opinión que hice, en el blog aludido arriba. Si se dan cuenta me he detenido, como debe hacerse, en los argumentos, no en la persona.
Guatemala 4 de septiembre 2009

Enviado por Mario Cuevas A 06:29 p.m. • Comentarios (0)

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jueves, 6 de agosto de 2009

LA CONSTITUCIÓN DE AYAU

El Dr. M. Ayau en a escrito a favor del tema de la edad en el órgano denominado Senado dentro de la Constitución propuesta por ProReforma, diciendo: En la Constitución de Guatemala para ser presidente se exigen 40 años de edad (Art. 185); para magistrados, 40 años (Art. 185); para magistrado de la Corte Suprema de Justicia, 40 años (Art 216); para Corte de Apelaciones, 40 años (Art. 217); para diputados, 18 años (Art. 162); para ministros de Estado, 30 años (Art. 196). Pro Reforma propone mayores requisitos de edad, atendiendo a que la experiencia provee buen juicio: ‘Sabe el diablo más por viejo que por diablo´”.
Contraargumento diciendo que el tema no es la edad ni la sabiduría sino los derechos de ciudadanía que en toda democracia se reconocen a partir de cierta “mayoría de edad” y que el principio de la representatividad se mide porque cada persona vale un voto. De modo que los cargos de elección popular (diputados, alcaldes, concejales), excepto el de Presidente de la República por ser la más alta magistratura del Estado, no tienen requisitos previos sino la capacidad de ejercer libremente los derechos. En cambio funcionarios menores como Ministros son “nombrados” por alguna clase de mérito o requisito sin que con ello signifique que se le violen derechos democráticos. No ocurre lo mismo con los magistrados del Organismo Judicial, quienes se eligen indirectamente por los órganos democráticos, debido a su naturaleza jurídica, no política.
El controvertido órgano del Senado que aparece en la Constitución de Pro Reforma tendría una función más bien jurídica antes que política, de modo que pudo proponerse –si tanto es el temor de la minoría plutocrática-, que se contemple en la Constitución actual un órgano dedicado solamente al tema del derecho privado, integrado de una manera más diversa; pero en ese caso –tal como de todos modos pasa con su propuesta- un grupo minoritario de la sociedad estaría solicitando leyes exclusivas, para situarse por encima de las ya existentes, cosa que no puede hacerse, so pena de interpretarse que se reconoce la soberanía de la minoría. Tal imposibilidad en nuestro ordenamiento jurídico actual es lo único que explica por qué se hacía necesario para Pro Reforma proponer OTRA Constitución diferente a la actual. Por cierto que en el en la Constitución de Pro Reforma, no sólo se eleva los derechos individuales por encima de los derechos sociales y políticos, sino que reduce estos últimos a su mínima expresión, pues los órganos democráticos legislativos y ejecutivos no podrían legislar o tomar competencias sobre la vida, la propiedad y los contratos (sino el Senado). Este diseño vuelve innecesario, redundante o apodíctico el famoso artículo 157 de su propuesta en donde se prohíbe otorgar privilegios y prerrogativas a grupo alguno, si bien el mismo pudo redactarse así: “se prohíbe todo proteccionismo económico y demás derechos sociales”, pero eso hubiera sido algo así como “se prohíbe que el muerto sea asesinado dos veces”. Más que demostrativo dicho artículo parecería ser sólo una autoconcesión.
En cualquier caso, he recién he tenido el gusto de conocer al Dr. Ayau y espero que ello signifique un fructífero diálogo intelectual para algo que Juan Luis Font planteó esta semana: en qué convergemos algunos guatemaltecos opuestos para sacar adelante a Guatemala, con inclusión y en paz.

martes, 4 de agosto de 2009

EL SENTIDO DE LA OPOSICION

La oposición política juega una importante labor en las democracias. Sin ellas, la maquinaria que equilibran el poder no se haría efectiva; la parte del electorado que desea poner límites al poder no se haría efectiva; el valor de la diferencia –i.e. de las ideologías y las plataformas políticas- no serían efectivos; sin ella el full disclosure principle o la ética de la transparencia en todo y en todos, tampoco sería real. En resumen, sin una oposición activa la vida democrática no sería tal, la uniformidad sería entonces la norma y la disidencia un delito.
Pero hay muchas clases de oposición, he aquí algunas:
a) La anti sistema, extremistas de todo tipo, que desea tumbar el sistema imperante por otro de acuerdo a sus más caros intereses. Lo hace generalmente mediante el discurso confrontativo; la conspiración, la ilegalidad y el uso de la fuerza. Su vocación es la crisis. Al desacreditar a las instituciones no le conceden ningún valor al Estado de Derecho imperante.
b) La antigobiernista, estos actúan dentro del sistema pero su objetivo permanente es socavar al gobierno de turno, su discurso es el cortoplacismo y el populismo, entendido este como demagogia y abuso del pensamiento simplista. Pese a ello, su base social no está entre las mayorías sino entre exclusivos grupos de poder. Su afán son las próximas elecciones y su método el boicot, la trampa, la dilación. Su concepto del Estado de Derecho es a conveniencia, según les beneficie o les perjudique así alabarán las instituciones o las desacreditarán. Invocan la ley pero no para sí mismos.
c) La democrática, su discurso no es el antagonismo (enemigos) sino el (agonismo (adversarios); su método es la construcción de mayorías para que ellas avancen y defienda la democracia. Reconocen y promueven los derechos de las minorías en todos sus colores y manifestaciones. Es crítica con el gobierno pero también autocrítica. Su labor de análisis es permanente buscando soluciones de fondo y forma a los problemas. Su concepción del Estado de derecho es fuerte, es decir, exigible, que no se reduce a la seguridad y la justicia coactiva, aunque la incluye y sobre todo es abarcativa, de integración social.
d) La Anodina, corrupta ante todo, carece de principios y la transa es su estrategia. Ve el poder como plataforma personal o corporativa, nunca como servicio a la sociedad. Saltarse la ley es su hobbie.
Respecto los extremistas antisistema, las fuerzas democráticas han de aislarlos y condenarlos mediante el consenso en el parlamento; el reforzamiento del Estado de Derecho y el voto popular. La rebelión al sistema quedaría confinada como resistencia en casos de dictaduras y tiranías.
Respecto a los populistas –demagogos falseadores- queda la elaboración de políticas de largo plazo, de Estado, con transparencia, debidamente financiadas y regladas. Pero mientras no haya cultura cívica y política democrática, además de una amplia educación nacional seguirán existiendo, porque el miedo y la ignorancia son fáciles de manipular por parte de políticos irresponsables. El engaño al pueblo no dura toda la vida, tarde o temprano rectifica, pero mientras se confunde pagará las consecuencias
Con la oposición corrupta, sólo queda el peso de la ley y del castigo del voto popular, porque siempre habrá grupos que hagan de la zona gris su espacio para el enriquecimiento personal. El hecho es que la corrupción financiera y de valores es consubstancial a la naturaleza humana, los cuales se potencian con la opacidad de ciertas instituciones públicas y de la voracidad de prácticas mercantiles que ven el egoísmo como virtud.
Nuestro deber como ciudadanos es distinguir las cosas, entender la dinámica de los actores y hallar las causas detrás de las apariencias.

LA GUERRA Y LA PAZ

La paz y la democracia costaron mucha sangre, dolor y muchas vidas. Lo peor de todo sería que tras casi 14 años de haberse firmado la paz en Guatemala, los guatemaltecos no hubiéramos aprendido la lección y que con la reinstalación del discurso polarizante de la Guerra Fría en Centroamérica por parte de ciertos grupos del poder económico y sus publicistas, tras el golpe de Estado de Honduras, nos creamos el cuento que la Guerra Fría no ha terminado y, por tanto, que la lucha contra el comunismo sigue vigente. En tanto que la paz y la democracia son frágiles, se impone que como sociedad nos responsabilicemos por nuestra experiencia de reconciliación nacional expresada en el proceso de paz.
La Guerra Fría fue teóricamente la lucha entre un puñado de potencias mundiales que belicosamente hicieron enfrentar dos sistemas económicos: el comunista y la capitalista; el uno basado en la propiedad privada de los medios de producción y el otro suprimiéndola; pero a la postre, fue enfrentamiento entre dos sistemas políticos y dos estrategias de guerra, en donde un polo (el estadounidense) aguantó más que el otro, el soviético, poroso por doquier, debido a la burocratización de las libertades básicas.
La lucha por un sistema económico que alcance al 80% de la población mundial que hoy está marginado debe continuar por una ética de sobrevivencia, porque el ser humano no renuncia a la búsqueda de la plena felicidad social, pero esta lucha debe aprender de sus errores; privilegiando la cooperación por encima de la competencia; la libertad por encima de la coerción y el diálogo por encima de la violencia.
En términos globales, el periodo de la Guerra Fría y sus dos antecedentes inmediatos la Primera y Segunda Guerras Mundiales, fue de los más negros de la historia de la humanidad, debido a la muerte de la inteligencia y al mayor desprecio a la vida que se haya conocido jamás. Para Guatemala, la Guerra Fría también tuvo su correlato interno. Las causas de nuestra propia guerra tuvieron raíces profundas en nuestra historia; en la estratificación social de la sociedad y en el atraso de nuestras instituciones políticas y económicas; así como en la marginación de los Pueblos Indígenas.
Pero vino la paz en 1996 luego de varios años de diálogo y negociación entre fuerzas políticas en pugna: una anti estatal expresada en las organizaciones revolucionarias y la contraparte del Estado instituido y sus fuerzas de apoyo. Gozamos del apoyo de la comunidad, inclusive los Estados Unidos para alcanzarla.
No se debería caer, entonces, en la trampa de virulentos discursos radicalizados de extrema derecha que nos hacen creer que la paz guatemalteca es sólo un dato histórico, producto de unos ilegales Acuerdos, que nada tienen que ver con realidad cotidiana actual. Piensan que Guatemala es igual a Honduras, pero aquí hay una experiencia acumulada y las condiciones necesarias para que la violencia se encienda rápido. “¡Pero si violencia ya hay y abundante!”, me dicen algunos, “las guerra del narcotráfico y del crimen organizado ya arroja más saldos negativos que las estadísticas del periodo del conflicto armado”, dicen otros. Pero, cuidado, no se debe comparar peras con manzanas; porque aparte es la debilidad del Estado en materia de seguridad pública y aparte es que el Estado y la sociedad se vean envueltos de nuevo en pugnas de clase y étnicas con ideologías de por medio.
Nadie ama más la paz que el que ha conocido la guerra. Y una vez que empieza la guerra ya no importa quien la inició.
alvarovelasquez@intelnett.com