martes, 4 de agosto de 2009

EL SENTIDO DE LA OPOSICION

La oposición política juega una importante labor en las democracias. Sin ellas, la maquinaria que equilibran el poder no se haría efectiva; la parte del electorado que desea poner límites al poder no se haría efectiva; el valor de la diferencia –i.e. de las ideologías y las plataformas políticas- no serían efectivos; sin ella el full disclosure principle o la ética de la transparencia en todo y en todos, tampoco sería real. En resumen, sin una oposición activa la vida democrática no sería tal, la uniformidad sería entonces la norma y la disidencia un delito.
Pero hay muchas clases de oposición, he aquí algunas:
a) La anti sistema, extremistas de todo tipo, que desea tumbar el sistema imperante por otro de acuerdo a sus más caros intereses. Lo hace generalmente mediante el discurso confrontativo; la conspiración, la ilegalidad y el uso de la fuerza. Su vocación es la crisis. Al desacreditar a las instituciones no le conceden ningún valor al Estado de Derecho imperante.
b) La antigobiernista, estos actúan dentro del sistema pero su objetivo permanente es socavar al gobierno de turno, su discurso es el cortoplacismo y el populismo, entendido este como demagogia y abuso del pensamiento simplista. Pese a ello, su base social no está entre las mayorías sino entre exclusivos grupos de poder. Su afán son las próximas elecciones y su método el boicot, la trampa, la dilación. Su concepto del Estado de Derecho es a conveniencia, según les beneficie o les perjudique así alabarán las instituciones o las desacreditarán. Invocan la ley pero no para sí mismos.
c) La democrática, su discurso no es el antagonismo (enemigos) sino el (agonismo (adversarios); su método es la construcción de mayorías para que ellas avancen y defienda la democracia. Reconocen y promueven los derechos de las minorías en todos sus colores y manifestaciones. Es crítica con el gobierno pero también autocrítica. Su labor de análisis es permanente buscando soluciones de fondo y forma a los problemas. Su concepción del Estado de derecho es fuerte, es decir, exigible, que no se reduce a la seguridad y la justicia coactiva, aunque la incluye y sobre todo es abarcativa, de integración social.
d) La Anodina, corrupta ante todo, carece de principios y la transa es su estrategia. Ve el poder como plataforma personal o corporativa, nunca como servicio a la sociedad. Saltarse la ley es su hobbie.
Respecto los extremistas antisistema, las fuerzas democráticas han de aislarlos y condenarlos mediante el consenso en el parlamento; el reforzamiento del Estado de Derecho y el voto popular. La rebelión al sistema quedaría confinada como resistencia en casos de dictaduras y tiranías.
Respecto a los populistas –demagogos falseadores- queda la elaboración de políticas de largo plazo, de Estado, con transparencia, debidamente financiadas y regladas. Pero mientras no haya cultura cívica y política democrática, además de una amplia educación nacional seguirán existiendo, porque el miedo y la ignorancia son fáciles de manipular por parte de políticos irresponsables. El engaño al pueblo no dura toda la vida, tarde o temprano rectifica, pero mientras se confunde pagará las consecuencias
Con la oposición corrupta, sólo queda el peso de la ley y del castigo del voto popular, porque siempre habrá grupos que hagan de la zona gris su espacio para el enriquecimiento personal. El hecho es que la corrupción financiera y de valores es consubstancial a la naturaleza humana, los cuales se potencian con la opacidad de ciertas instituciones públicas y de la voracidad de prácticas mercantiles que ven el egoísmo como virtud.
Nuestro deber como ciudadanos es distinguir las cosas, entender la dinámica de los actores y hallar las causas detrás de las apariencias.

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