miércoles, 7 de octubre de 2009

EL DUO DINAMICO: CASTRESANA Y NINETH

Carlos Castresana en la esquina internacional junto con Nineth Montenegro en la esquina nacional, han demostrado indefectiblemente que lo que les mueve es la depuración y fortalecimiento del Estado de Derecho en Guatemala, lo cual implica el combate de la impunidad, la corrupción y las mafias incrustadas en el Estado. En esa lucha no están solos, una pléyades de entidades de la sociedad civil y empresarial, más la comunidad diplomática, les han acompañado. Pero también hay muchos obstáculos en el camino, el crimen organizado, el contrabando, ex agentes de seguridad del Estado que confabulan invirtiendo millones para salirse con la suya comprando voluntades de profesionales y políticos corruptos.
De lado oscuro de esta lucha por transformar las instituciones de justicia, también hay personas y entidades que no deberían aparecer allí. Resulta extraña la oposición que desde el principio mantuvo, por ejemplo, el Presidente Álvaro Colom contra la Ley de Comisiones de Postulación y la posición ominosa de su partido la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) (y otros partidos transas), en aparente contubernio con el tristemente célebre Rey del Tenis.
Se trata del concepto en general de “Estado capturado”, que acuñó el Banco Mundial para referirse al aparato público penetrado e influenciado por actores no legítimos de la lucha política, insertados mediante la compra de voluntades o infiltrados, o mediante boicots financieros con el fin de obtener pago de favores; usar información privilegiada; acceder a negocios lícitos sin tanta competencia y autogarantizarse impunidad en las Cortes.
Es fácil comprender que el Estado de Guatemala siempre ha estado “capturado” por algunos de los grupos de poder político o económico que lo han usado para beneficiarse al margen de procesos legítimos. Pero hoy día a los tradicionales factores de poder que se han movido a la sombra del aparato público, también se han sumado a la competencia los grupos infames del pasado, crecidos al amparo de la impunidad y la anorexia estatal. Para la extrema derecha que desde el inicio despotricó (ya por principio, ya por comparsa con las mafias) contra la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) deberían ahora estar reevaluando su esquema, porque sus resultados positivos son obvios.
Pero también nuestras instituciones han funcionado, no todo está podrido, si no véase el determinante papel de la Corte de Constitucionalidad (CC), que significa que no tenemos un sistema totalmente atrasado.
Todo lo bueno que este proceso ha tenido ha sido por la Ley de Comisiones de Postulación (Ley Nineth) que transparentó y democratizó el mismo y todo lo malo que ha tenido, ha sido por las componendas y pago de favores entre algunos partidos y las mafias. Sólo el fortalecimiento del Estado de derecho reducirá la impunidad. Entiendo por “Estado de Derecho” el reino de la justicia en el contexto de la comunidad política (deontológica) y no sólo el de “no se metan con lo mío” que es la concepción individualista/egoísta de un grupo de ciudadanos que lo invocan a costa de lo público.
Con todo, la lucha sigue y en este proceso varias organizaciones de sociedad civil mantuvieron sus deberes en alto, pero una acción por inédita también se hizo presente y fue la campaña de columnistas denominada “Injusticia” en donde un rostro de mujer fue visible por su celo, Marielos Monzón. Felicitaciones colegas.

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